Hace unos días nos encargaron hacer una mesa para una cocina pequeña que fuese original, el espacio de mesa de la misma no es muy grande y querían que la mesa diese servicio a dos comensales.
Nos pusimos manos a la obra, buscando algo original que se pudiese adaptar a los requisitos pedidos y que no encareciera mucho su precio y decidimos aprovechar unas patas de máquina de coser para esta ocasión.
Al comentar el diseño de mesa, su propietaria nos dijo que tenía una en casa de un familiar. Estos muebles de coser, en Elche, la cuna del calzado no tienen mucho valor económico, puesto que puede haber uno o dos por familia, ya que el aparado de los zapatos se ha hecho aquí durante años y todos hemos visto alguna máquina de coser en casa de nuestros padres o abuelos. De hecho, las primeras patas que se aprovecharon eran usadas como mesas con un mármol sobre ellas, (que también es algo común en nuestra zona, ya que las grandes empresas de granito y mármol de España se encuentran en nuestra provincia).
Pues bien, trajimos las patas al taller, les retiramos el pedal de costura ya que molesta en el centro de la mesa y las pintamos de blanco. (No tengo Foto)
A continuación os muestro el tablero natural que vamos a poner en la mesa, y que hemos encolado sobre otro de tamaño inferior para levantar la altura de la mesa ya que es unos centímetros más bajita que una mesa de cocina y con ello ganamos la altura deseada.
A continuación podéis ver ya los dos tableros unidos y encolados.
El siguiente paso fue teñir la madera en color miel, y que como me emociono y vamos con prisa pues tampoco hice una foto, ¡una lástima!
Aquí me tenéis brocha en mano, aplicando la técnica de Decapé a la mancha para darle efecto a la madera. En la siguiente foto ya cubierta la superficie de la tabla. Una vez llegados a este punto ya sólo nos queda lijar para ir sacando la veta de la madera sin llevarnos el tinte y dando el efecto deseado.
Mi compañera Conchi, hizo el trabajo. En la siguiente foto podéis ver como ha difuminado la mancha, a roto pintura y ha destacado los nudos de la madera. Tras la lija con lana de acero y cera incolora, ya el último paso fue encerar y abrillantar la superficie.
Para los detallistas, la cera no es un acabado muy práctico en la cocina por los productos de limpieza que con el tiempo la van retirando, pero en esta ocasión se ha elegido por la calidez que da a la superficie, que evita que cuando apoyamos los brazos en la mesa notemos el frío que transmiten otros acabados además de la suavidad, ya que parece seda al tacto.
En la siguiente foto ya tenemos el tablero unido a las patas de hierro. Ya podéis apreciar el resultado.
En la siguiente podéis ver que al retirar el pedal, dejamos espacio para sentarnos cómodamente entre ellas. Este es otro ángulo de visión. Y para finalizar, en la siguiente imagen la mesa en vista frontal, esta es la vista cuando se entra en la cocina. Se queda muy resultona y el tablero es lo que más te llama la atención. Espero que os haya gustado. A mi personalmente me parece preciosa y muy original.
Si os interesa adquirir unas patas de mesa para hacer algo similar, en nuestra Shabby Shop, tenemos un modelo en venta.
Enhorabuena!!!os ha quedado genial!!!
Hola!
Me encanta tus trabajos y tu revista. Tengo un par de silloncitos tapizaados y desgastados con ganas de restaurarlos. A ver si en un curso me animo a ir y me enseñas. Me encanta la restauración.
Un saludo,
Aurelio Barba.
Gracias por tu apoyo, te esperamos, y si no puedes venir, unete a Restaura con el Taller de lo Antiguo, en facebook y te ayudamos y te damos ideas