Recuperamos una silla anea recuerdo familiar.
Hoy estamos de nuevo con un trabajo muy personal, pese a que os pueda parecer una pieza muy popular, no por ello debe ser tenida en cuenta de esa manera, para mí estas piezas son las más especiales, porque reflejan el cariño y el deseo de seguir conservando algo personal de un ser querido. Esta silla perteneció a la Bisabuela de su propietario, y a través de este post nos cuenta muchas historias, pero la más importante es que se ha consevado durante muchos años y se ha ido repintando y dandole uso hasta llegar al 2016 así.
Como podéis apreciar lleva muchas capas de pintura, y la anea también fue pintada en su última recuperación, hoy vamos a retirarla y a quitarle peso.
En esta imagen podéis ver que la cantidad de pintura que lleva es excesiva, hasta 4 milímetros de espesor, es más parece que la última mano de pintura se la aplicaron por “inmersión”, ¡es broma de taller!.
Así que vamos a retirar primero todo el asiento.
Una vez retirado comenzamos a decapar, para esta tarea pistola de calor, no un soplete, y tampoco decapante porque no hace nada, vamos calentando el esmalte y toda la zona, de esta forma la pintura sale como una piel, aquí os muestro algo de su historia.
En origen era azul, luego fue pintada de verde esmeralda, posteriormente se pintó en beige o crema y después verde militar, vamos que estuvo de servicio, tras el mismo recibió varias manos de blanco, por lo menos tres, pués es la capa mas gruesa.
Con ayuda de un gato sujetamos la silla a la mesa hasta retirar todo, de esta forma nos ayudamos con una espátula y evitamos que se mueva. Os aconsejo no quemar el esmalte pues se hace gomoso y además de ser muy tóxico, cuesta más de retirar.
Una vez limpiada de todo lo gordo procedemos a lijar la madera, en esta ocasión intentamos no erosionar mucho la misma ya que está muy reseca y es muy fina, y después de lijar procedemos a encolar y dar resistencia a la misma.
Tras encolarla procedimos a dar una mano de blanco antiguo, y sobre ella una de azúcar moreno de Mary Paint, decapando hasta mostrar la capa blanca.
Una vez decapada procedimos a realizar el encordado de la misma. No pusimos anea y decidimos dar un encordado con algodón natural 100%
Si queréis ver como hicimos el encordado de la silla pinchar aquí . Este es el resultado final del asiento, quedan preciosos y tan impecablemente unidos, me encanta este acabado.
Una vez encordada procedimos a pintarla del color Arena Tostada de Mary Paint. Aquí en la siguiente foto podéis ver que suave y elegante es.
Tras el color arena, procedimos a realizar desgastes, buscando la madera y el blanco de la primera mano. Algo sutil, no muy marcado.
Aquí la vemos de vuelta a su hogar, en un lugar de excepción, cerca de la luz y las plantas un hermoso rincón donde su antigua propietaria estaría encantada de pasar horas, cosiendo o bordando.
Esperamos de corazón que perviva muchos años más y que sus descendientes futuros sigan conservando esta preciosa muestra de recuerdos y cariño, para nosotros es un placer contribuir a que perdure en el tiempo. Es tan gratificante.
Muchas gracias por seguirnos y os esperamos para mostraros nuestros próximos trabajos.
Estoy muy interesada en el taller de encordado de sillas, tenencias algún taller presencial en Madrid?
Me encanto el modelo del telar que hicieron, lo tendré en cuenta
Muchas gracias
Las sillas de enea son preciosas!
Que bonita te ha quedado esa silla, voy a ver como haces lo de colocar la cuerda :P. Ahora pesa lo menos 2 kilos menos, jajajaja, que cantidad de capas de pintura llevaba la pobre sobre ella .
Besote!!!!!